jueves, 6 de febrero de 2014

La Presión de una junta importante

Los nervios te comen, tu mente se agita al saber que empezarás una junta importante, entrarás a una reunión de ventas, darás una plática o le pedirás matrimonio a tu amada (o). Esto es muy común para la mayoría de nosotros y es normal debido a que estaremos próximos a tener un evento que sabemos podría afectar en algún sentido nuestra vida,  pero la voz que tenemos dentro de nuestra cabeza empieza a trabajar tratando de adivinar y suponiendo infinidad de situaciones que potencialmente pueden ocurrir. La realidad es que el 70% de estas situaciones son imaginarias, creadas por esa vocecita y no sucederán.
Voy a compartirte lo que me ocurrió en Londres: había viajado varias horas para poder llegar a una reunión de accionistas de una empresa inglesa, yo no conocía a todas las personas a las que presentaría una propuesta, además tenía que hacerlo en un idioma diferente al mío. Claro que me prepararé mucho y estudié lo que tendría que hacer, las cosas que tendría que explicar, todo indicaba que lo que tenía por hacer o saber ya lo tenía listo en mi disco duro.
Pero minutos antes de la junta mi vocecita empezó a atacarme con preguntas como ¿y si no hablas claro?¿y si ellos quieren otra cosa?¿qué va a suceder si te preguntan algo que no sabes?¿y si te dicen que no?, toda esta basura pasó por mi cabeza y siendo honesto por un momento pensé: ¿qué necesidad tengo de hacer esto? pero en ese momento tuve que parar y callar esas voces dentro de mi cabeza para volver a tomar el control, no fue nada fácil porque al hacerlo estaba empezando otra batalla interna.
Lo que quiero compartirte es cómo hice para salir adelante. Muchos pueden solucionarlo rápidamente  pero para otros no es tan fácil (yo pertenezco a este último grupo).
Así que... ¡a tomar acción! respiré profundo un par de veces y primero hice consciencia de que acababa de ser secuestrado por mi propia vocecita, le dije quién mandaba, aunque te parezca absurdo se lo dije (o me dije a mi mismo en voz alta): "aquí mando YO".
Después abrí el espacio para darme cuenta que tenía que hacer algo físico, como gritar, bailar o simplemente poner mi atención en otro lado, no debía excederme o sobre-estudiar lo que ya sabía porque esto me produciría un sentido de impaciencia o angustia.
Después de esto me preparé para poder empezar y me enfoqué en lo que estaba haciendo, 
empecé a estar "aquí y ahora", estar presente y dejar fluir todo lo que fuera necesario (los nervios, la vocecita) y confiar en mi (tuve que hacer todo esto en el lobby de un hotel lleno de gente) antes de pasar a la junta.
Estos pasos los puedes usar sin ningún problema y obtener grandes resultados; en mi experiencia muchas veces lo que me detenía era mi propia inseguridad y baja autoestima, porque finalmente todos tenemos miedo a exhibirnos públicamente. 
Si eres y te presentas a ti mismo como eres, esa es la mejor carta que puedes tener en tu vida.
Al final después de un largo día de reunión tras reunión el resultado fue mejor de lo que me imaginaba y comprobé que el 70% de las preguntas y miedos que tenía NUNCA pasaron y sólo existieron en mi cabeza. Ten cuidado, no se trata de no prevenir y dejar todo a la inspiración o improvisación, es cuestión de poner las cosas en su lugar.
Otro punto importante es entender que si durante la reunión te preguntan algo que no sabes sé honesto y di que no lo sabes, agradece a la persona que lo pregunta y busca una respuesta que puedas darle en otro momento. Esta fue una gran enseñanza también, no necesitas saber todo de todo, a veces no tienes la respuesta y al tratar de "darle la vuelta" en muchos casos terminas más perdido.
La pregunta es ¿estás listo para seguir este proceso e implementarlo en tu próxima reunión?

QDTC

Alfredo

No hay comentarios:

Publicar un comentario