Cuando eres emprendedor quizá en un inicio de tu negocio comiences
solo, pero muy pronto deberás elegir a tu equipo pues tanto en los negocios
como en la vida personal todos necesitamos un soporte, una red de apoyo, a esas
personas que se convertirán en tu “familia” de negocios.
Saber elegir a aquellas personas que te acompañarán en la
construcción de tu sueño es un paso indispensable entre los muchos que tienes
que dar para conseguir el éxito como emprendedor, si la elección es incorrecta
será complicado lograr el sueño que buscas, así que hoy te comparto 3 puntos
clave para rodearte del mejor equipo. Rodéate de…
Personas que tengan
claro su talento especial: Cada ser humano tiene talentos específicos,
habilidades especiales o “ventaja injusta” como algunos le llamamos. Es esa
cualidad especial, aquello que saben hacer muy bien, pero no solo eso, además
les apasiona poner en práctica su talento especial. Deberás elegir en tu equipo
a gente excelente para los números, otros quizá tengan un don especial para
tratar con la gente, a otros más les apasionará el uso de la tecnología, otros
serán excelentes vendedores, y así sucesivamente. Elige a quienes tengan claro
su talento, pero sobre todo, repito, sientan pasión por lo que hacen.
Personas que sepan
más que tú: Es una trampa de muchos emprendedores creer que lo saben todo,
pero eso no es así. El éxito de los grandes empresarios radica en primer lugar
en reconocer que se puede ser muy astuto, pero hay ciertos ámbitos que se
desconocen y es justamente ahí donde deberás elegir en tu equipo a quienes
sepan más que tú, porque de esta manera podrás crear fortalezas donde en un
inicio hay debilidades. En mi caso (y no me apena reconocerlo) me he rodeado de
un equipo que sabe más que yo en diferentes aspectos: en dirección, en
marketing, en social media, etc. Esto ha hecho crecer la empresa y formar un equipo
más fuerte.
Personas activas, no
reactivas: Es indispensable en el mundo de los negocios saber resolver
problemas, pero es aún más importante tratar de evitarlos en la medida de lo
posible. Cuando el problema ya está presente lo que sucede es que el ser humano
reacciona y resuelve, sin embargo el reto verdadero es actuar antes de que
siquiera surja el problema. Las personas activas (o proactivas) están atentas a
cuanto sucede a su alrededor y son capaces de detectar los “focos rojos” de la
empresa, luego actúan y con eso incluso evitan que el foco rojo se transforme
en un gran problema a resolver. Busca para tu equipo a aquellos que se enfoquen
en la acción y no la reacción.
La pregunta de hoy es: ¿tu equipo tiene estas cualidades?
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