La
inteligencia emocional es la capacidad que tiene una persona de entender,
manejar y trabajar sus emociones con eficiencia para generar resultados
positivos, para sí mismo y para los demás. Se puede definir como la habilidad
para gestionar correctamente las propias emociones y con ello uno de los
resultados que podemos obtener es que la gente que nos rodea se sienta a gusto,
confortable a nuestro lado.
Una persona que se enoja o se molesta fácilmente o que quizá se ponga triste frecuentemente, o que no sea capaz de controlar sus emociones es alguien que tiene baja inteligencia emocional; mientras que una persona que se conoce bien a sí misma, que piensa antes de actuar o reaccionar, que expresa sus sentimientos siendo sincera sin afectar de forma negativa a la gente a su alrededor, es una persona con alta inteligencia emocional, y tenerla es bueno no solo para la vida personal sino también para los negocios. Si eres inteligente con tus emociones, entonces seguro haces lo siguiente:
Una persona que se enoja o se molesta fácilmente o que quizá se ponga triste frecuentemente, o que no sea capaz de controlar sus emociones es alguien que tiene baja inteligencia emocional; mientras que una persona que se conoce bien a sí misma, que piensa antes de actuar o reaccionar, que expresa sus sentimientos siendo sincera sin afectar de forma negativa a la gente a su alrededor, es una persona con alta inteligencia emocional, y tenerla es bueno no solo para la vida personal sino también para los negocios. Si eres inteligente con tus emociones, entonces seguro haces lo siguiente:
No tomas
decisiones con las emociones: Cuando emprendes es indudable que deberás tomar
muchas decisiones para tu negocio, algunas pueden ser trascendentales para el
éxito del mismo, otras serán quizá menos importantes, pero serán decisiones al
fin y al cabo. Cuando la emoción sube, la inteligencia baja ¡recuérdalo
siempre! Una persona que sabe manejar sus emociones no toma decisiones cuando
una emoción (ya sea negativa o positiva) lo embarga. No se deben tomar decisiones
regidos por la rabia, la desilusión, el rencor o por el contrario, con una
alegría o euforia excesivas. Recuerda esta frase: no tomes decisiones
permanentes con emociones temporales. Deja que pase la emoción, cualquiera que
ésta sea, y entonces sí, con la cabeza fría, toma decisiones.
Pides un
“time out”: Este punto está relacionado con el anterior. El “time out” o tiempo fuera, sirve para tranquilizarte
y que las emociones tomen un rumbo adecuado. Si estás en medio de una discusión
con tu equipo de trabajo o con tus socios y te das cuenta que empiezas a
enojarte, por favor no continúes. Pide tu tiempo
fuera y aléjate unas horas, o quizá unos minutos hasta que el enojo ceda.
Cuando estamos enojados decimos muchas cosas que pueden lastimar a los demás y
se crean rencores frecuentemente difíciles de olvidar. Así que cuando te
sientas ahogado por una emoción negativa no dudes en pedir un tiempo fuera para
que te tranquilices y retomes la plática ya más calmado y tranquilo. Es muestra
de inteligencia emocional saber retirarse a tiempo de una discusión cuando las
emociones están en su punto más alto.
No te tomas
las cosas personales: Muchas veces nos sentimos “ofendidos” o agredidos cuando
alguien dice algo que no nos gusta y pensamos inmediatamente que va dirigido a
nosotros con el fin de hacernos sentir mal, de incomodarnos, etc. Por favor no
te tomes las cosas personales pues acabarás enojándote mucho, sintiéndote mal y
acumulando resentimientos sin ningún sentido. La mayoría de las veces las
personas no están agrediéndonos, somos nosotros mismos quienes nos sentimos
aludidos por las palabras de los demás y entonces nos enojamos. Un buen
emprendedor con alta inteligencia emocional no se toma las cosas personales,
por el contrario, incluso aquellos comentarios que le desagradan de los demás
los toma como un medio para aprender y crecer, siendo consciente que no hay
nada personal en lo que está escuchando.
Escuchas
primero, luego hablas: La verdadera comunicación empieza escuchando, no
hablando. Las personas inteligentes emocionalmente son capaces de desarrollar
una cualidad que se llama escucha activa,
es decir, ponen su enfoque en escuchar con atención lo que su interlocutor
tiene que decir. Es muy importante en un equipo de trabajo que se sepan
escuchar unos a otros antes de hablar. El impulso natural del ser humano es
hablar y defender sus puntos de vista, sus percepciones y opiniones, y esto
hace que se frene la comunicación. Primero escucha atentamente a los demás, con
tus cinco sentidos, y luego habla; verás que en el proceso de la escucha activa
descubrirás muchos elementos que serán de gran valor para tener una buena
comunicación, ser más asertivo, y por lo tanto, elevar tu inteligencia
emocional.
La pregunta hoy es: ¿estás
dispuesto a ser un emprendedor con alta inteligencia emocional?
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