Todos los días escuchamos historias de éxito y de fracaso,
de aquellos que están logrando sus más grandes sueños y de otros para quienes
el fracaso parece ser “el pan de cada día”. Entre los que triunfan una y otra vez, y los que fracasan
una y otra vez, hay grandes diferencias. Los primeros se ven como causa de sus
resultados, y los segundos se ven como un efecto. Los primeros dominan a su
vocecita o susurro mental, los segundos son dominados por ella, pero ¿qué es la
vocecita?
La vocecita es ese murmullo interno que todo el día y todos los días
está hablando dentro de tu cabeza. Es esa voz interna que por la mañana te dice
al sonar tu reloj despertador “5 minutos más”, también te dice al iniciar un
nuevo proyecto “no puedes” “otros pueden hacerlo mejor que tú” “seguro
fracasarás” ¿la reconoces? ¿cuántas de estas frases oyes en tu cabeza cada día?
Esa es la vocecita (como la llama mi amigo y socio Blair Singer) o el susurro
mental que puede acabar contigo y tus sueños si se lo permites.
La vocecita tratará de boicotearte para arruinar tus más
grandes sueños y convencerte de que imposible siquiera intentarlo.
Aquí los ejemplos de lo que puede hacer la vocecita en tu
vida:
-Hacer que te levantes tarde cada mañana
-Posponer hacer ejercicio para ser una persona saludable
-Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy
-Diferir tareas importantes y urgentes
-No terminar el libro que empezaste hace 6 meses
-No empezar el negocio que te dará libertad financiera….
….Y así la lista puedes ser muy, muy larga. No hace falta ser un iluminado para poder dominarla, lo importante es en primer lugar ser consciente que existe y que todos los días librarás una batalla mental con ella, y también tener la capacidad de que cada vez que ella aparezca puedas “salir de ti mismo” y verte desde fuera para poder identificarla, verte de manera objetiva.
La gente con más éxito es la gente que está consciente de su propia vocecita o susurro mental y hacen lo necesario para ganarle la batalla diaria.
Lo importantes y
elemental es poder identificar cuando te habla mientras te da toda esa serie de
pretextos absurdos para que no crezcas y seas mejor: mejor empresario, mejor
padre, mejor amigo, en fin, mejor persona.
La pregunta hoy es: ¿vas ganar la batalla diaria que se
libra en tu cabeza?
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