La felicidad puede llegar a parecer algunas veces como un
concepto inalcanzable, algo a lo que aspiramos pero no sabemos cuándo lo
obtendremos. Hay una relación directa entre las personas felices y lo
agradecidas que se sienten con la vida, y hoy que se celebra el Día
Internacional de la Felicidad quiero compartirte algo del libro El Tallador de
Diamantes, de mi mentor Geshe Michael Roach.
¿Hay
personas en tu casa -esposa, parientes o alguien que haga algún trabajo
especial cuya presencia en tu vida permite
que hagas el trabajo que haces? ¿Cuándo fue la última vez que les diste las
gracias? ¿Acaso no tienes toda una red de apoyo a tu alrededor que te ayuda
para que acudas a la oficina a hacer el trabajo que haces? ¿El tintorero, el
dentista, el cartero? ¿Las personas del supermercado, la gente de tu banco, la
persona que te entrega el periódico por las mañanas? Podrás decir “bueno, estas
personas son pagadas por hacerlo, no es como si ellas harían lo mismo por mí,
si no obtuvieran algo a cambio”.
Pero
no estás entendiendo. Pagados son, sin embargo esto no cambia para nada el
hecho de que están usando preciadas horas de su vida, momentos muy valiosos de
sus propios años saludables, para ayudarte a lograr tus objetivos. El fracaso
para reconocer cuánto te apoyan, la incapacidad para apreciar que gran cantidad
de cosas que hacemos, solo son posibles gracias a la bondad de otros a nuestro
alrededor, es una de las grandes debilidades del pensamiento moderno
occidental.
También
hay una relación directa entre la gratitud que sentimos hacia otros y lo
felices que somos. Las personas muy felices tienden a estar fuertemente
conscientes de cuánto han trabajado otras personas para ayudarles a estar
felices, a gusto (ya sea que sean pagados o no, esto no es algo que a una mente
realmente feliz le preocupe). Las personas realmente felices tienden a estar
muy agradecidas, por cada pequeña bondad que ha contribuido a su felicidad. Por
otro lado la gente infeliz tiende a construir su desdicha evitando cualquier
pensamiento de agradecimiento de cuanto le han dado otros, cuánto se han
sacrificado otros -ya sea que fueran pagados o no- cuánto le han ayudado.
Tómate
el tiempo y esmérate en mostrar tus más sinceros agradecimientos, de manera
constante, a todos aquellos que te apoyan. Lo principal es que mantengas de
manera constante pensamientos de gratitud: que realmente aprecies, al mirar tu
plato de cereal por la mañana, que cientos o miles de personas han sacrificado
esos preciosos momentos de esta breve vida humana para traer esta comida a tu
mesa. Este tipo de mentalidad es escasa en este mundo moderno, y se siente muy
bien una vez que comienzas. ¡Inténtalo!
Como verás, sentir gratitud hacia todo aquello que te rodea
hará que te sientas una persona más feliz, más plena y con más alegría, así que
no tardes más y empieza hoy a valorar cada uno de esos pequeños detalles de tu
vida cotidiana que hacen que tu vida fluya, incluso agradece los problemas pues
son una oportunidad fantástica que te ayudarán a crecer.
La pregunta hoy es: ¿estás dispuesto a agradecer más y
quejarte menos, para ser más feliz?
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