Si eres de los que se la pasan dando consejos a los demás (familia, amigos, compañeros de trabajo) acerca de distintos temas, casi podría asegurarte que la técnica no te ha funcionado. Y es que cuando se trata que los demás aprendan algo, las palabras son a veces una herramienta de poca efectividad y por el contrario hay algo mucho más contundente que eso, se llama Ser Ejemplo.
Si tienes un
amigo que tiene sobrepeso pero tú también lo tienes y constantemente le hablas
de dietas, rutinas de ejercicio o comida saludable pero tú no lo haces
difícilmente tu amigo creerá en ti. Si hablas a otros de puntualidad pero
siempre llegas tarde a las reuniones sociales o de trabajo entonces solo estás
hablando por hablar. Si hablas de honestidad en tu trabajo pero en tu vida
privada eres una persona infiel, dudo mucho que alguien te crea.
Te menciono
estos casos porque así aprendemos, solo con el ejemplo. Si tienes hijos
seguramente podrás darte cuenta que esto funciona de maravilla con los niños.
Las personas aprendemos de mejor forma cuando vemos las acciones y los
resultados de los demás, es decir, cuando hay congruencia entre palabras y
acción, y si no la hay entonces no tiene sentido.
Te propongo
que dejes de leer esto un minuto y pienses en alguna situación de tu vida en
donde aprendiste algo positivo de otra persona solamente con el ejemplo que te
dio, sin palabras de por medio, luego retoma la lectura.
¿Cuántos
ejemplos vinieron a tu mente? Seguramente más de uno, y casi te aseguro que los
tienes presente solo por el hecho que fueron las acciones las que inspiraron
que tú aprendieras esa cualidad positiva que la otra persona te mostró con su
actuar.
Lo mismo
pasa a la inversa, también aprendemos con el ejemplo negativo. Si tus padres
fueron personas impuntuales es muy probable que tú hayas aprendido a ser
impuntual porque eso era lo que veías en ellos, quizá de adulto ya hayas
cambiado el mal hábito de la impuntualidad pero de niño lo aprendiste porque
eso fue lo que viste a toda hora.
Para las
empresas pasa igual, si eres un buen líder y educas a tu equipo con el buen ejemplo
te aseguro que tu equipo transformará sus hábitos negativos en positivos, no es
suficiente y nunca bastarán largas reuniones con sermones largos si una vez
acabada la junta actúas y haces lo opuesto a lo que dijiste.
La gente te creerá
por lo que haces y no por lo que dices. Es una ley básica. ¡inténtalo! Sé
congruente entre palabras y acciones y verás como los demás empezarán a confiar
más en ti y podrás educar con el ejemplo positivo.
“Mamá, papá,
no se preocupen porque no los escucho, los estoy observando todo el día”
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